En general, uno va al médico quien luego de dar una veloz "ojeada", toma su recetario y prescribe pastillas, pomadas, o cualquier otra porquería. Uno, creyendo ciegamente, va a dejar un riñón en la farmacia para pagar los medicamentos que, esperanzado, consumirá cada 8 horas, durante siete días sin chistar.
A mi no me gusta. Me molesta de sobremanera ir a, por ejemplo, un traumatólogo explicar que me duele la cintura a la altura del nervio ciático que según el día y los novimientos me duele, incapacitándome la pierna repentinamente y que sin ningún tipo de radiografía, resonancia, ni nada me de pastillas mientras explica que "mi columna debe tener una torción que hace que los músculos lumbares se contraigan pinzando el ciático". ¿Éste tipo tiene visión de Rayos X?
Otra cosa que me molesta mucho es la forma casi despectiva con la que miran al paciente. Cara entre de asco y de pensar qué va a hacer de cenar esa noche. Si será mejor pasar por el super a comprar papel higiénico o me dice algo ya que dejé de explicarle lo que me pasa. Tienen ese aire soberbio como si fuesen mejor que el pobre boludo que, en definitiva, le está dando de comer.
Según mi cuasi marido estoy somatizando (me resulta gracioso). Porque dice que me pasa algo de lo cual no hablo y que por eso el cuerpo "me pasa factura". Podría pasarme una medialuna... con mate vendría joya, sobretodo a esta hora. Somatizando...
Sí, tanto berrinche es porque ya no encuentro más exusas. Hace semanas que tengo fuertes dolores de cabeza y ya no aguanto más. Lo inevitable ocurrirá hoy, a las 19:30 hs, cerquita de casa.
Etiquetas: C'est la vie (¿A quién?)