Auriculares, música, sacudiendo la cabeza al ritmo de Hells Bells, estoy hundidísima en mis pensamientos (un poco mezclados por venir sacudiendo la cabeza).
Voy sentada en la línea final de asientos, del lado izquierdo del coche, una butaca a la derecha de la que se encuentra en la ventana (¿Se entiende? o_O). La cosa es que se desocupa un asiento, y un hombre, moviéndose de manera dificultosa, ocupa el lugar. Cuando terminó de dar volteretas para ubicar sus posaderas, hacer la posición de ”la anguila que canta boleros®”, ve (tres filas más adelante) a una señora de mediana edad a quien de manera muy cordial (y medio a los gritos) le ofreció el asiento. La señora, casi tan amablemente, le contestó que no.
A la distancia (bueno, “distancia”… serán CUATRO filas más adelante) veo otro espécimen, sexo femenino, mediana edad ( que no sé cómo se mantiene en pie con la cantidad de oros que lleva encima. Si eso hubiese sido un dibujo animado y no la vida real, de mi bolsillo hubiese sacado un imán marca ACME® a ver si se pegaba) que me parece que en lugar de piernas tenía pseudópodos o rueditas, por la manera en la que fue deslizándose hacia el fondo del colectivo (donde no había puerta para descender y estaba lleno de gente)
Estratégicamente la Señora en cuestión terminó deteniéndose AL LADO del buen samaritano, quién por segunda vez en menos de 3 minutos, se dispuso a ceder el asiento. La situación fue más o menos así (en adelante, el Buen Samaritano será P (Pelotudo) y la Señora será G (Garca)*:
(P):_¿Gusta sentarse Señora Garca?
(G):_-con voz de vieja cheta (ok, chota puede ser también): jojo… noooo… graaaciaaas Señor Pelotudo. (Aplica la técnica de la conocida Cara de Ternero Degollado aunque se escucha como una versión barata de Mirtha Legrand)
(P):_ De verdad, siéntese Señora Garca.
(G):_Ay, bueno, gracias Pelotudo… señor.
De ésta manera el Pelotudo se quedó parado como un… bueno… pelotudo y la Garca se quedó sentada. Señora, si por esas cosas realmente extrañas, pero para nada casuales, está leyendo esto… Debería darle vergüenza. De verdad… quedó muy evidente!
Muy caballeroso lo suyo, Señor, pero si no podía mantenerse en pie usted y la señora creo que era capaz de hacer salto con garrocha por la agilidad con la que se movió, ¿no cree que puede permanecer sentado? Más aún si no está en los asientos para embarazadas, ancianos, discapacitados y viejas Garcas.
Considérese esto como un comentario y/o/u/j/r/k una advertencia: Me educaron muy bien, aprendí bastante regular (tirando a mal) pero el asiento lo cedo. Eso sí: NO INSISTO. No me vengan con esas de "no, no" haciéndose los pobres mártires porque, DE VERDAD, ¡Se van a cag... ¿Defecar? en la desgracia! ¬¬
Sólo como una recomendación: http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/149090.php (Este tipo es un gigante!)
(*)Nota: La conversación es lo que pude suponer que decían, basándome en los gestos que hacían. Recuerden que yo estaba sacudiendo la cabeza por Hells Bells. Quizás todo fue una creación ficticia de alguna de mis múltiples personalidades.
Etiquetas: C'est la vie (¿A quién?)